Gabriel García Márquez dizia ter lido Pedro Páramo tantas vezes até praticamente decorar o livro inteiro. Aqui o trecho do texto generoso que García Márquez escreveu:
“… Álvaro Mutis
subió
a grandes
zancadas
los siete
pisos
de mi casa con un paquete de libros,
separó
del montón
el más
pequeño
y corto,
y me dijo
muerto
de risa:
''Lea esa
vaina,
carajo,
para
que
aprenda'';
era Pedro
Páramo.
Aquella
noche
no pude
dormir
mientras
no terminé
la segunda
lectura;
[…] Al día
siguiente
leí
El
llano en llamas y el asombro
permaneció
intacto;
[…] el resto
de aquel
año
no pude
leer a ningún
otro
autor,
porque
todos
me parecían
menores.
No había acabado
de escapar
al deslumbramiento,
cuando
alguien
le dijo
a Carlos Velo
que
yo
era capaz
de recitar
de memoria
párrafos
completos
de Pedro
Páramo.
La verdad
iba
más
lejos,
podía
recitar
el libro
completo
al derecho
y al revés
sin una
falla
apreciable,
y podía
decir
en qué
página
de mi edición
se encontraba
cada
episodio,
y no había
un solo rasgo
del carácter
de un personaje
que
no conociera
a fondo."
Vale a pena ler Pedro Páramo, especialmente em espanhol, ainda que acompanhado da tradução ao português - a que conheço, de Eric Nepomuceno, é honesta, mas o que Rulfo fez com a língua dele é um espetáculo. Para dar uma pequena ideia da maravilha que Juan Rulfo fez com a língua castelhana, separei aqui apenas alguns trechos atribuíveis a Dolores Preciado, trechos inseridos em quatro momentos distintos do livro e que se destacam do resto do texto pelo itálico entre aspas:
“Sube o baja según se va o viene. Para el que
va, sube; para el que viene, baja.” (6)
“Hay allí, pasando el puerto de Los
Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el maíz
maduro. Desde ese lugar se ve Comala, blanqueando la tierra, iluminándola
durante la noche.”
(6)
“Allá me oirás mejor. Estaré más cerca de ti.
Encontrará más cercana la voz de mis recuerdos que la de mi muerte, si es que
alguna vez la muerte ha tenido alguna voz.” (11)
“… Llanuras verdes. Ver subir y bajar el
horizonte con el viento que mueve las espigas, el rizar de la tarde con una
lluvia de triples rizos. El color de la tierra, el olor de alfalfa y del pan. Un
pueblo que huele a miel derramada…” (21)
“… No sentir otro sabor sino el del azahar de
los naranjos en la tibieza del tiempo.” (21)
“… Todas las madrugadas el pueblo tiembla con
el paso de las carretas. Llegan de todas as partes, copeteadas de salitre, de
mazorcas, de yerba de pará. Rechinan sus ruedas haciendo vibrar las ventanas,
despertando a la gente. Es la misma hora en que se abren los hornos y huele a
pan recién horneado. Y de pronto puede tronar el cielo. Caer la lluvia. Puede venir
la primavera. Allá te acostumbrarás a los “de repente”, mi
hijo.” (49-50)
“Allá hallarás mi querencia. El lugar que yo
quise. Donde los sueños me enflaquecieron. Mi pueblo, levantado sobre la
llanura. Lleno de árboles y de hojas, como una alcancía donde hemos guardado
nuestros recuerdos. Sentirás que allí uno quisiera vivir para la eternidad." (62)
Note os vaticínios maternos dignos de uma tragédia grega:
"... Allá te acostumbrarás a los “de repente”, mi hijo.” “Allá hallarás mi querencia. El lugar que yo quise. Donde los sueños me enflaquecieron. Mi pueblo, levantado sobre la llanura. Lleno de árboles y de hojas, como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos. Sentirás que allí uno quisiera vivir para la eternidad."
E note o ataque sutilmente orquestrado de imagens vívidas direcionadas a todos os sentidos: visão, som, olfato, sabor e tato.
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