Uma vez em Lisboa perguntei a uma pessoa na rua: "O que é que tem depois dessa ponte?" A pessoa me respondeu sem hesitar: "Ora, Portugal continua."
Pois é, amigos, isto é tudo o que eu tenho a dizer sobre a tal "gripe porcina": o México continua!
O resto eu deixo com as palavras de José Emilio Pacheco:
Tierra
La honda tierra es
la suma de los muertos.
Carne unánime
de las generaciones consumidas.
Pisamos huesos,
sangre seca, restos,
invisibles heridas.
El polvo
que nos mancha la cara
es el vestigio
de un incesante crimen.
No me preguntes cómo pasa el tiempo, 1969
Cerdo ante Dios
Tengo siete años. En la granja observo
por la ventana a un hombre que se persigna
y procede a matar un cerdo.
No quiere ver el espectáculo.
Casi humanos, escucho
alaridos premonitorios.
(Casi humano es, dicen los zoólogos,
el interior del cerdo inteligente,
aun más que perros y caballos).
Criaturitas de Dios, los llama mi abuela.
Hermano cerdo, hubiera dicho san Francisco.
Y ahora es el tajo y el gotear de la sangre.
Y soy un niño pero ya me pregunto:
¿Dios creó a los cerdos para ser devorados?
¿A quién responde: a la plegaria del cerdo
o al que se persignó para degollarlo?
Si Dios existe, ¿por qué sufre este cerdo?
Bulle la carne en el aceite.
Dentro de poco tragaré como un cerdo.
Pero no voy a persignarme en la mesa.
Desde entonces, 1975-1978
Pois é, amigos, isto é tudo o que eu tenho a dizer sobre a tal "gripe porcina": o México continua!
O resto eu deixo com as palavras de José Emilio Pacheco:
Tierra
La honda tierra es
la suma de los muertos.
Carne unánime
de las generaciones consumidas.
Pisamos huesos,
sangre seca, restos,
invisibles heridas.
El polvo
que nos mancha la cara
es el vestigio
de un incesante crimen.
No me preguntes cómo pasa el tiempo, 1969
Cerdo ante Dios
Tengo siete años. En la granja observo
por la ventana a un hombre que se persigna
y procede a matar un cerdo.
No quiere ver el espectáculo.
Casi humanos, escucho
alaridos premonitorios.
(Casi humano es, dicen los zoólogos,
el interior del cerdo inteligente,
aun más que perros y caballos).
Criaturitas de Dios, los llama mi abuela.
Hermano cerdo, hubiera dicho san Francisco.
Y ahora es el tajo y el gotear de la sangre.
Y soy un niño pero ya me pregunto:
¿Dios creó a los cerdos para ser devorados?
¿A quién responde: a la plegaria del cerdo
o al que se persignó para degollarlo?
Si Dios existe, ¿por qué sufre este cerdo?
Bulle la carne en el aceite.
Dentro de poco tragaré como un cerdo.
Pero no voy a persignarme en la mesa.
Desde entonces, 1975-1978
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