Retrato de Catalina de Erauso de 1630 feito por Francisco Pacheco |
Pequeno trecho das fantásticas memórias das aventuras da cross-dresser Catalina de Erauso, que fugiu de um convento de freiras e virou soldado aventureiro espanhol na América Latina:
"Era la señora una mestiza, hija de español y de india; viuda y buena mujer,
que, viéndome y oyendo mi derrota y desamparo, se condolió y me recibió bien,
y, compadecida, me hizo luego acostar en razonable cama, me dio bien de cenar y
me dejó reposar y dormir, con lo que me restauré. A la mañana siguiente me dio
bien de almorzar, y, viéndome totalmente falto, me dio un vestido razonable de
paño, y fue así tratándome muy bien y regalándome mucho. Era bien acomodada y
tenía muy muchas bestias y ganados, y como parece que aportan por allí pocos
españoles, parece que me apeteció para su hija.
Al cabo de ocho días que allí me tuvo, me dijo la buena mujer que me
quedase allí para gobernar la casa. Yo mostré grande estimación de la merced
que me hacía en mi descarrío y ofrecime a servirla cuanto bien yo alcanzase. A
pocos días más me dio a entender que tendría a bien que me casase con su hija,
que allí consigo tenía; la cual era muy negra y fea como un diablo, muy
contraria a mi gusto, que fue siempre de buenas caras. Mostrele gran alegría de
tanto bien sin merecerlo yo, y, ofreciéndome a sus pies para que dispusiese de
mí como de cosa propia adquirida en derrota, fui sirviéndola lo mejor que supe;
vistiome muy galán y entregome francamente su casa y su hacienda. Pasados dos
meses, nos vinimos al Tucumán, para allí efectuar el casamiento. Y allí estuve
otros dos meses, dilatando el efecto con varios pretextos hasta que no pude
más, y, tomando una mula, me partí, y no me han visto más."
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