Sor Juana Inês de la Cruz se meteu em uma tremenda encrenca
com a sua “Carta Atenagórica,” uma crítica contundente ao sermão de Antonio
Vieira que citei no ultimo post. A verdade é que, neste caso, Vieira encontrou,
em espanhol, uma “fera” tão boa quanto ele no manejo das palavras. Sor Juana e
Vieira fala sobre a natureza do amor e suas “finezas” e o raciocínio da freira
Mexicana sobre qual teria a maior fineza
de Cristo é preciso como uma faca que acabou de ser afiada:
“Luego para ser del todo grande una fineza ha de tener
costos al amante y utilidades al amado. Pues pregunto, ¿cuál fineza para Cristo
más costosa que morir? ¿Cuál más útil para el hombre que la Redención que
resultó de su muerte? Luego es, por ambos términos, la mayor fineza morir.”
E depois mais tarde:
“Es el amor de Cristo muy al revés del de los hombres. Los hombres
quieren la correspondencia porque es bien propio suyo; Cristo quiere esa misma
correspondencia para bien ajeno, que es el de los propios hombres. A mi parecer
el autor anduvo muy cerca de este punto, pero equivocólo y dijo lo contrario;
porque, viendo a Cristo desinteresado, se persuadió a que no quería ser
correspondido. Y es que no dio el autor distinción entre correspondencia y
utilidad de la correspondencia. Y esto último es lo que Cristo renunció, no la
correspondencia. Y así, la proposición del autor es que Cristo no quiso la
correspondencia para sí sino para los hombres. La mía es que Cristo quiso la
correspondencia para sí, pero la utilidad que resulta de esa correspondencia la
quiso para los hombres.”
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