todavía hablan del mercado del arte como si fuera el diablo: es como culpar al mar de que te ahogaste
Reflexão do artista mexicano Gabriel Orozco sobre
o mercado:
“El mercado es una arena donde se desenvuelve el
individuo en función de su ideología, sus intereses, sus valores. El mercado no
tiene la culpa. Muchos en México todavía hablan del mercado del arte como si
fuera el diablo: es como culpar al mar de que te ahogaste. El mercado en
realidad es otro espacio del arte, como el museo, la calle o la sala de la
casa; otro espacio donde el arte circula públicamente. El mercado tiene un
impacto en la vida pública, y así hay que entenderlo, como a las
instituciones en general. Las subastas, la especulación, ésa es la parte más
vistosa, el show del mercado; pero es mucho más que eso. Hay sobre todo
un aspecto del mercado que no ha sido analizado por los teóricos del arte: la
manera en que producimos una obra de arte. Y esto es crucial en mi trabajo.
Cuánto dinero gastas, qué material utilizas, cómo lo trabajas: desde ahí, hay
una actitud particular. Parte de mis exploraciones como artista tienen que ver
con esto: la conciencia del sistema económico de producción del objeto
artístico, que va a influir no solamente en el resultado estético (si es de oro
o de cartón, si es grande o pequeño, si es frágil o resistente, si es
impermeable o no lo es…), sino que además va a imponer unas reglas de
distribución y de consumo en el mercado cultural y financiero de la obra. La
actitud política, económica e ideológica de un artista comienza en el momento
en que decide cómo va a ejecutar una obra. Y esto tiene consecuencias incluso
en el destino de la pieza, dónde va a terminar: en un museo, en una casa, en
una institución pública o en un basurero.”
Entrevista a María Minera em 2006
Gabriel Orozco: Pelota Ponchada, 1993 |
Comments
amigas me contam as dificuldades, em artes plásticas, de pagar os materiais: telas, tintas e etc, de boa qualidade.
em literatura é só o tempo, mas este também custa muito, a partir de certa idade.
Uma das primeiras coisas no estilo de Pelota Pinchada que ele fez foi no Brasil. Se chama Turista Maluco, por causa de um bêbados que viram ele montando a coisa e ficaram falando isso para ele. Também gosto dele porque ele tem um senso estético agudo - como leigo, não gosto muito de arte feia [no sentido de uma coisa que se recusa a se apresentar como arranjo estético deliberado] - entendo o mérito da proposta e tal, mas confesso que não gosto.