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Entrevista com Rigoberta Menchú: "les guste o no les guste, somos actores."

Coisa mais difícil do mundo é conseguir escutar Rigoberta Menchú. Pois aqui uma ótima oportunidade, no excelente jornal online Plaza Pública da Guatemala:



"Ahora, ¿muchas de las condiciones cambiaron? No, yo creo que se mantiene un alto porcentaje de la filosofía clasista, colonizadora y antisocial en el sistema. Los Acuerdos de Paz no cambiaron la esencia de la impunidad en Guatemala, el sistema totalitario, no cambiaron al ejército. Obviamente hay nuevos escenarios, si, rompimos unas dicotomías: los pueblos indígenas, o eran víctimas o eran victimizados, pero jamás fueron reconocidos como líderes, como dirigentes, como transformadores, como poseedores de una filosofía de cambios con experiencia a lo largo de 500 años. Nunca se nos vio como actor, se nos vio como víctimas. Esa concepción aún está, pero sí hay más elementos para poder decir: les guste o no les guste, somos actores."

[...]

"—No quiero hacer escenarios, simplemente decir  que el sueño que tenemos es incrementar la participación plena, eficiente de los pueblos indígenas en la toma de decisiones, si no se tiene una verdadera participación en toma de decisiones yo veo que aquí la batalla es una batalla que tarda mucho. También de hace 20 años a esta parte, yo tengo un punto de vista diferente: no veo a los pueblos indígenas como los más fracasados, los más golpeados, los más victimizados, más bien estoy maravillada con cómo las civilizaciones ancestrales han triunfado en todos los tiempos, o sea, tuvimos que tener estrategias de alianza tan extraordinarias para que, después de Atanasio Tzul,* se viniera a ganar y ganar y ganar tiempo y hoy tenemos nuestros idiomas, nuestra identidad, nuestros guías espirituales, tenemos nuestros territorios aún, porque no lo han quitado todo, ni lo van a quitar, porque no lo vamos a permitir. "

"Casi por tres años, en la corte, me repitieron los mismos argumentos: los abogados de los racistas, decían:mi defendido no le dijo india sucia, no le dijo que se fuera a la Terminal, y mientras decía eso me señalaba una y otra vez con el índice. Y yo les hacía una sonrisa, porque sabía que ellos iban a ser condenados, ellos iban a ser criminales racistas, pero yo no los iba a convencer con mis ideales. Mucha gente me dijo, mire Rigoberta, eso es realmente doloroso porque esto es un ataque espiritual, esto es denigrante, esto es insoportable, y yo dije, la ventaja es que no soy yo la criminal. Yo quiero demostrar quiénes son los criminales."

"Hace años, desde que comencé a participar en el Comité de Discriminación y Protección a las Minorías en Países Colonizados de las Naciones Unidas, empecé a comprender que el racismo, la discriminación, el odio, la envidia, es una enfermedad mental, es una enfermedad psicológica, es una enfermedad espiritual, es una miseria humana que se desarrolla a través de los tiempos."

"Podemos trabajar en primer lugar una estrategia de conciliación en el futuro, conciliar intereses, alianzas, aunque sean dos o tres puntos en los que nos pongamos de acuerdo. Ahora, conciliar es también una actitud de dos partes, basada en un código de respeto mutuo. El pasado, por otro lado, más vale dejarlo intacto, porque ya no se puede componer. Lo que tenemos que prevenir es que las políticas, las doctrinas que se usaron en el pasado no se repitan en este tiempo. Si se demuestra la culpabilidad de las personas que están enfrentando procesos, no tienen más remedio que se les aplique la justicia."

"Conocí a mi esposo. Nos casamos en el año 94, pero yo vivía con él desde el año 92, antes de que anunciaran el Premio Nobel. Nosotros imaginábamos una vida sin otra relevancia en el mundo más que vivir. Mi esposo tiene una vida extraordinaria, creció en una casa hogar, igualmente su familia ejecutada, sus hermanos, sus hermanas, y nunca pensamos ni siquiera en esas formalidades de que casamiento, de tener hijos… Hasta que vienen los hijos y entonces uno sabe que tiene que hacer un hogar. Nosotros no planeamos ni diseñamos nada. Y pienso ahora que mis hijos son mi bendición."

*Atanazio Tzul liderou uma revolta indígena em 1820 e conseguiu estabelecer um poder próprio por 20 dias antes de ser derrotado pelos espanhóis. 

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